El Presupuesto sorprendió al mercado no sólo por el elevado nivel de crecimiento proyectado para 2018 sino también por la composición del mismo: la inversión crecería al 12%, aportando más de 2 puntos (pp) sobre un total de 3,5 proyectados para toda la economía. Típicamente, la inversión es el componente más difícil de predecir debido a su naturaleza forward looking. Por lo tanto, a priori, el pronóstico es arriesgado. Sin embargo, el Gobierno tiene un as bajo la manga. La inversión en infraestructura crecería al menos 40% en términos reales, incluso si suponemos que los precios asociados a la inversión crecen 10 pp por encima de la inflación minorista proyectada por el Presupuesto.
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